BUENOS AIRES, 2 may (Xinhua) — La revitalización de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), a partir de los regresos de Argentina y Brasil a ese mecanismo, fortalece el multilateralismo y la cooperación regional, afirmó el académico argentino Sebastián Schulz.
El experto, investigador miembro del Centro de Estudios Chinos de la Universidad Nacional de La Plata, dijo en una reciente entrevista con Xinhua que “en el actual escenario internacional los países de Sudamérica son conscientes de que sólo podrán participar en la toma de decisiones globales si pueden articularse regionalmente”.
“Por ello, y adhiriéndose a un regionalismo de tipo autónomo o soberanista, los actuales Gobiernos de Argentina y Brasil han comprendido la necesidad de reactivar la Unasur, la cual se plantea como una estrategia beneficiosa para avanzar hacia la cooperación ganar-ganar y relacionarse desde una posición más fortalecida con el resto de las potencias, con los polos de poder y con los países emergentes y en desarrollo”, explicó el analista.
A principios de abril el presidente de Brasil, Lula da Silva, oficializó el regreso de ese país a la Unasur, bloque fundado en 2008 durante el apogeo de los gobiernos de centro-izquierda en el continente. La reincorporación de Brasil se hará efectiva el próximo 6 de mayo.
Argentina, en tanto, notificó el 6 de abril pasado a los países integrantes de Unasur su regreso a ese bloque regional.
“Por decisión soberana, Argentina vuelve a la Unasur como Estado miembro para promover su revitalización institucional y construir una región cada vez más integrada. Así lo dispuso el presidente Alberto Fernández y se lo comuniqué a los cancilleres de los Estados miembros”, dijo ese día el canciller argentino, Santiago Cafiero.
Argentina y Brasil habían salido del mecanismo en 2019, durante las presidencias de Mauricio Macri (2015-2019) y Jair Bolsonaro (2019-2022), respectivamente.
Schulz destacó el regreso de ambos países, ya que una Unasur revitalizada fortalecerá el multilateralismo y la cooperación regional.
“Se torna central fortalecer a los organismos de integración regional. La multipolaridad del siglo XXI tendrá como característica fundamental el diálogo de civilizaciones como mecanismo para la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad, por lo que se vuelve estratégico avanzar en fortalecer instancias de articulación regional, como lo es en este caso la Unasur”, afirmó.
El también investigador del Centro de Investigaciones en Política y Economía (CIEPE) de la Red Clacso observó que el impulso de la Unasur se enmarca en el “crecimiento vertiginoso de nuevos polos de poder emergentes, que impulsan la construcción de un orden internacional multipolar sustentado en un nuevo tipo de relaciones internacionales, como la cooperación Sur-Sur, las relaciones de beneficio mutuo, el respeto por los modelos de desarrollo nacionales y el respeto por la soberanía nacional”.
Al abordar los desafíos que enfrentará el mecanismo que completan actualmente Bolivia, Guyana, Surinam y Venezuela, además del suspendido Perú, el académico argentino mencionó “la Unasur enfrenta el desafío de reconstituirse como una instancia legítima, aceptada por la totalidad de los países de la región como un mecanismo de potenciación regional, de solución de eventuales diferendos y de planificación de una política económica y social regional”.
“Sudamérica representa un territorio estratégico para el actual orden internacional. Es una de las principales regiones de producción de alimentos a escala global, cuenta con reservas internacionales de petróleo, agua dulce y biodiversidad. Además, posee las mayores reservas de litio, un mineral estratégico de cara al proceso de transición tecnológica”, recordó.
Añadió que “la Unasur debe no solo proponer estrategias efectivas y consensuadas para resolver los problemas históricos que enfrenta la región, sino también generar mecanismos para fortalecer la posición de la región en el actual orden internacional”.
En ese contexto, advirtió que Estados Unidos “sin lugar a dudas intentará bloquear la consolidación de cualquier tipo de integración regional que se aleje de su influencia”.
“Washington se considera con la potestad de intervenir unilateralmente en los asuntos latinoamericanos, incluso pasando por encima de las decisiones adoptadas por los propios países de la región”, explicó Schulz.
El experto agregó que “Estados Unidos es consciente de que si se fortalecen instancias de integración regional como la Unasur o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), eso contribuirá a desgastar aún más su hegemonía y a fortalecer la tendencial transición hacia la multipolaridad que atraviesa el orden internacional”.
Para Schulz, la Unasur y la Celac son instancias compatibles que se retroalimentan: “Ambas están en suma sintonía, y son parte de los esfuerzos de la región por adoptar políticas de desarrollo autónomas, que reditúen en un mayor crecimiento económico con inclusión social y mayor industrialización”.
“No hay posibilidades de fortalecer la Unasur sin una Celac que actúe como marco general de la integración. A su vez, no hay posibilidades de fortalecer la Celac sin una Unasur funcionando activamente. Ambas instancias se complementan y retroalimentan”, sostuvo. Fin