ESPECIAL: Presidente de Ecuador cumple segundo año de mandato en un escenario político complejo

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QUITO, 24 may (Xinhua) — El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, cumplió este miércoles su segundo año de mandato, en un momento inédito en el país después de que el pasado 17 de mayo decretara la figura constitucional de la “muerte cruzada” con la que disolvió la Asamblea Nacional (Congreso) y llamó a elecciones generales anticipadas.
Bajo ese escenario, Lasso, elegido en 2021 para un periodo de cuatro años, rindió hoy su último su Informe de Gestión a la Nación, ya que la “muerte cruzada” recortó su mandato y gobernará por decreto hasta que lo reemplace su sucesor y se instale la nueva Asamblea.
Podrá expedir únicamente decretos-ley de urgencia económica, previo dictamen favorable de la Corte Constitucional para su entrada en vigencia.
En unos comicios extraordinarios que se celebrarán el 20 de agosto próximo, los ecuatorianos elegirán nuevo presidente, vicepresidente, y 137 asambleístas, que sólo estarán en funciones hasta mayo de 2025, cuando debía terminar el gobierno de Lasso.
El mandatario, un exbanquero de 67 años, invocó grave crisis interna y conmoción social para decretar la “muerte cruzada” en medio de un juicio político por supuesto peculado que enfrentaba en el Parlamento, donde la oposición buscaba su destitución.
La decisión de Lasso fue avalada por la Corte Constitucional, tras rechazar demandas de inconstitucionalidad presentadas por ex asambleístas de oposición cesados.
En su Informe a la Nación, Lasso dijo que con su decisión puso fin a una confrontación política que tenía inmerso al país en una crisis que se agudizaba con el tiempo.
Y remarcó que “después de esta decisión histórica, nunca más un presidente de la República quedará a merced de una Asamblea que dedique su tiempo a conspirar e impedir que un gobierno avance en la agenda para el desarrollo del país”.
La inédita medida, que fue introducida en la Constitución en 2008, no generó temidas protestas en las calles, sino por el contrario, una aparente aceptación de la sociedad frente a un Gobierno y una Asamblea con baja aprobación a su gestión, según recientes encuestas.
A abril pasado, solo el 13,93 por ciento de los ecuatorianos aprobaba la gestión del presidente conservador, de acuerdo con un sondeo difundido el 8 de mayo pasado por la firma privada Perfiles de Opinión.
Lasso gobernó en medio de una constante tensión con la Asamblea Nacional, a la que acusó de intentos de desestabilización y bloqueo a su gestión; y el escrutinio público a su Administración que se vio salpicada por varios escándalos de corrupción.
En entrevista con Xinhua, el politólogo Marco Navas Alvear, dijo que Lasso llegó a la mitad de su periodo debilitado políticamente y con varios problemas sociales sin resolver como la creciente inseguridad, caracterizada por una violencia que ha ido en aumento.
“No es un segundo año muy afortunado. Ha gobernado con dificultad, con pocos aciertos en función de una actitud muy reactiva, de no dialogar de frente”, señaló el experto.
En su opinión, el gobierno no ha avanzado en temas de gasto social, además de que ha “habido una incompetencia para trazar políticas de Estado en seguridad”, por lo que “ésta es la cuenta pendiente más grande” del mandatario.
“Entonces, esto ha erosionado su legitimidad política”, sostuvo, para agregar que ojalá en los próximos meses tome medidas pensando en los intereses nacionales.
“Ojalá siente algunas bases para que el futuro gobierno pueda tomar decisiones a mediano y largo plazo de lo que verdadera tiene que ser una política pública”, abundó el también jurista y docente de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Por su parte, el analista político internacional Jorge Ortíz, dijo a Xinhua que el proyecto “liberal” que planteaba Lasso, de alguna manera tuvo un retroceso grave y tras la “muerte cruzada” tratará de hacer unas pocas reformas, no demasiado profundas.
Agregó que, en la actual coyuntura, Lasso deja debilitados a los partidos del centro hacia la derecha y de cara a las nuevas elecciones se abre la oportunidad para que resurja el progresismo de izquierda como el “correísmo”, representado en el Movimiento Revolución Ciudadana, que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
“Creo que este momento el poder estará en disputa entre partidos de la izquierda populista e indígenas. El ‘correísmo’ parte en el primer lugar en la carrera por tomar el poder (…), hay claramente un porcentaje alto de la población que lo sigue a Correa”, analizó.
A su juicio, “esa es la organización política más fuerte, tiene el líder más fuerte, pero no tiene asegurada la victoria por la polarización política” en Ecuador.
En este contexto, el analista político Romel Jurado, coincidió en que el juicio político a Lasso desgastó a la fuerza de derecha y claramente el actual panorama favorece a la izquierda, donde el principal actor político es el “correísmo”, que tiene un núcleo duro de cerca del 20 por ciento de los votantes.
Según Jurado, este movimiento podría reeditar la victoria que obtuvo en las elecciones seccionales de febrero pasado, en las que Lasso también perdió un referendo constitucional.
“El triunfo electoral del correísmo en las pasadas elecciones (…) hace pensar que la Revolución Ciudadana tiene más altas posibilidades de configurar gobierno en las próximas elecciones y gran cantidad de asambleístas, ese es el panorama”, señaló el entrevistado a Xinhua.
Lasso podrá presentarse en las próximas elecciones, aunque todavía no ha anunciado su decisión.
El ministro de Gobierno, Henry Cucalón, dijo el martes a la televisión pública que la primera opción del partido oficialista Creando Oportunidades (CREO) es el propio Lasso.
“En estos días esperemos que él (Lasso) tome una decisión. Tiene que meditar el tema”, apuntó.
Sin embargo, los analistas consideran que las posibilidades de un reagrupamiento en torno a Lasso están muy disminuidas por el fracaso de su gobierno en no haber entendido las necesidades del país, sumergido en una crisis política, social y de seguridad.
La “muerte cruzada” aceleró la búsqueda de candidatos y la preparación de listas en momentos en que los partidos y movimientos están debilitados y hasta divididos internamente.
Bajo ese panorama, a ojos de los analistas, cualquier candidato que intente ser presidente en los próximos años tendrá graves dificultades para gobernar el país, donde urgen cambios.
De hecho, el propio Lasso, llamó hoy a concretar un acuerdo nacional para enrumbar al país hacia un mejor destino y resolver problemas complejos como la pobreza y la delincuencia. Fin