RÍO DE JANEIRO, 12 abr (Xinhua) — La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, rescató la lucha contra la deforestación en zonas sensibles como la Amazonía como uno de los logros más salientes en los primeros cien días de la administración de Luiz Inácio Lula da Silva.
La funcionaria destacó el retorno del Plan de Acción para la Prevención y el Control de la Deforestación en la Amazonia Legal (PPCDAm), creado en 2004 y que fue desactivado durante el Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro y restablecido por decreto en enero de este año.
El PPCDAm crea directrices para la protección de la selva amazónica y actualmente está abierto a consulta pública en el portal de la cartera de medio ambiente.
Otra medida que destacó Silva fue la reanudación del Fondo Amazonia, responsable de recaudar donaciones para inversiones en el combate a la deforestación y la promoción de la sostenibilidad en esa región.
Durante el Gobierno Bolsonaro, el fondo fue desactivado y cerca de 3.200 millones de reales (unos 650 millones de dólares) quedaron paralizados. Desde enero, por lo menos seis países han manifestado interés en apoyar el fondo, entre ellos Alemania, que comprometió 203 millones de euros.
Entre enero y marzo de este año, las multas por deforestación y otras infracciones contra la Amazonía aumentaron un 219 por ciento en comparación con la media del mismo periodo de los cuatro años anteriores, según los datos del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama).
“Cuando el Gobierno retoma el plan de lucha contra la deforestación, cuando vemos que el Ibama vuelve y aumenta las multas en un 219 por ciento, las incautaciones en un 133 por ciento y los embargos en un 93 por ciento, es una demostración de que existe un esfuerzo republicano para desarrollar y proteger al mismo tiempo”, comentó Silva.
También mencionó la creación del Pro-Floresta para estimular las prácticas extractivas sostenibles.
“Vamos a crear el Pro-Floresta para ayudar a más de 100.000 familias extractivistas que protegen nuestros bosques viviendo de la pesca artesanal, de la recolección de nueces, de la extracción de caucho, de la recolección de resinas y oleaginosas, de la recolección de miel silvestre. Esto significa que Brasil está volviendo a la economía del siglo XXI”, concluyó.
Silva también mencionó el fortalecimiento de la participación de la sociedad civil en el consejo deliberante del Fondo Nacional del Medio Ambiente, responsable de apoyar proyectos basados en el uso sostenible de los recursos naturales. Fin